miércoles, 14 de marzo de 2018

Maria José Leblic RuizdeAlarcón

A lo mejor quedan aún 
muchas cosas por celebrar, 
muchas caricias por abrigar, 
amaneceres cegadores rompiendo mi retina, 
pero si no llegan, 
aceptaré que no hay nada que esperar.
Imaginaré los besos de quién no está 

y de quien nunca estará.
Me sumerjo en el invierno con el vértigo

de saltar al infinito de la incertidumbre...



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