sábado, 18 de marzo de 2017

Estela Rengel






Ella es escarcha:
cae sobre ti suave,
silenciosa,
azul.
Tan azul que congela
sin que te des cuenta
todos los momentos vividos a su lado
y hace que ese color deje de ser triste
al destrozarte visualmente
la sinestesia.
Ella es
como las flores rosas que a veces
explotan a los lados de la carretera:
un bálsamo
para los ojos maltratados
por tanta muerte y alquitrán.
Es una mujer bombilla:
da calor a tus ideas,
las mima
y con solo acercarse
ilumina
el camino que tus ojos
han de recorrer.
No tiene nunca mariposas en su estómago:
las puso todas en sus caderas
para moverse
levemente
por el mundo
a pesar de ser capaz
de desatar torbellinos
a golpe de parpadeo.
Ella revoluciona mi sur
cuando me saca a bailar
y tiene siempre a mano
las agujas
que apuntan a todos los nortes

que a mí me faltan.

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